Hasta el reinado de Hiram I (970-936 a.n.e.) Tiro, la capital fenicia, no se convirtió en una potencia política y naval, produciéndose en ese momento unas condiciones favorables para iniciar la expansión hacia el oeste. La importante escasez de tierra cultivable, unida a una creciente presión demográfica (siglos XII a VIII a.n.e.), impulsa a los fenicios a navegar por el Mediterráneo en busca de metales, como el hierro, la plata y el estaño.
Así, desde mediados del siglo IX a.n.e. las naves de Tiro frecuentan el Egeo y también el Mediterráneo central, siendo la primera colonia de Tiro en ultramar Kition (Chipre) de mediados del siglo IX a.n.e., para controlar la producción y el comercio de cobre .
Junto a las factorías de la costa, que realizaban fundamentalmente una función comercial, encontramos también algunas poblaciones agrícolas y una cierta organización territorial. En la Península ibérica parece que se puede hablar de una penetración fenicia por el sureste, a lo largo del valle del Guadalquivir hacia las fértiles tierras de la región de Sevilla. Muy probablemente, los fenicios de la Península Ibérica tuvieron los mismos intereses agrícolas que los de Africa, Cerdeña y Sicilia.
Según los historiadores griegos, Cartago fue fundada a fines del siglo IX a.n.e. por un grupo de exiliados procedentes de Tiro, en las costas del norte de Africa (Túnez). Al decaer el poder de Tiro hacia el año 754 a.n.e., Cartago se independiza y se convierte en la heredera del poder económico y político de los fenicios
Su sistema de colonización sobrepasa lo mercantil y potencia la explotación económica del territorio interior desconocido. Como consecuencia la economía cartaginesa sin abandonar su carácter mercantil se convirtió también en agrícola e industrial.
Referencias:
http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/5726.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/5731.htm